viernes, 29 de enero de 2010

Pensamientos nocturnos

Sientes que todo va bien, parece que las cosas por fin han hallado el camino, es entonces cuando en tu rostro empieza a dibujarse una tímida sonrisa. Una sonrisa que parecía ya olvidada, que teme resurgir, pues no sabe cuanto tiempo va a durar. Desde tu interior la animas, le das fuerzas, la llenas de esperanza y le prometes que esta vez las cosas permanecerán bien por un largo tiempo. Sin embargo, aún no ha pasado una semana y todo demuestra que la única inteligente, la única que tenía razón era aquella tímida sonrisa, temerosa de volver a sufrir, cuando vencida por las lágrimas debe volver a desaparecer.

Es entonces cuando te preguntas como pudiste ser tan innocente de nuevo, como creer que todo podía tener solución. Entre todas las diferentes posturas que puedes tomar eliges la más dramática, la más pesimista, seguramente la que más te perjudica, pero al fin y al cabo, en ese momento es con la que te ves reflejada.

Permaneces inmóvil con la mirada perdida y poco a poco tratas de neutralizar tu punto de vista, es entonces cuando abres los ojos y te das cuenta que no es que todo vaya mal sino que demasiado rápido te dejas afectar, pues tienes una enorme sensibilidad.

...cuando todo iba bien me sentí fatal...